sábado, 30 de mayo de 2015

LA GUITARRA ELECTRICA EN CUBA

LA GUITARRA ELECTRICA EN CUBA
 
 
PUBLICADO EN EL LA JIRIBILLA No 113.
Por IVAN FARIÑAS DE ARMAS/ CIUDAD HABANA. CUB A
Escritor /guitarrista /cantante /compositor/leader de Viento Solar



Generalizada es la opinión de que la guitarra común es de origen oriental, y su invención de trascendencia remota dicen que se introdujo en Europa por el estrecho de Gibraltar a través de los árabes, de aquí su denominación de Morisca o Latina aparecida en manuscritos antes de la época renacentista.
Grandes metamorfosis sufrió dicha guitarra sobre todo en Europa durante toda la Edad Media aunque siempre regresó a su modelo original, esos cambios conllevaron mejorías en su diseño, fabricación y en materiales de construcción desdeñando formas caprichosas de innovadores en su largo peregrinaje geográfico y temporal.
Al llegar al siglo XX encontramos aquella guitarra Morisca ahora llamada Española con la misma forma de la original y con el mismo patrón de afinación.  A finales del mismo siglo se fabricó en todas las latitudes del planeta.
Descendientes de esta guitarra se señalan ejemplos como la del tres cubano, el ukelele, el laúd, el charango, el banjo, entre otros y también  formas monstruosas como el guitarrón mexicano.
Nada había revolucionado tanto la guitarra ni en forma ni en sonido, hasta el año de 1930 en que los innovadores del siglo XX se estaban introduciendo en la nueva esfera de los sistemas de inducción eléctrica.  En ese momento, la invención del teléfono, para citar ejemplo, ya estaba madura, sesenta años hacía desde que había salido a la luz (1876).  Las personas se comunicaban, ya no importaban ni hora, ni distancia. Sin embargo, a pesar de esto y de otras inventivas no menos sofisticadas, cuando se miraba y escuchaba una orquesta, por lo general, la guitarra no aparecía y si existía, los directores y demás músicos tenían que hacer grandes esfuerzos y tocar bien bajito para que el sonido de este instrumento se oyese, utilizándose capitalmente solo como instrumento único o en otra medida acompañándose por otros instrumentos acústicos como el violín, la viola, el acordeón y percutivos como la pandereta y /o las castañuelas. ¡Qué clase de aparataje y preocupación para un director de orquesta!, donde primaban los vientos metales, cuando el arreglo conllevaba una guitarra...
 
Llegó 1936 y con él  la primera guitarra eléctrica; con la misma forma de una guitarra española, producida en serie, aunque limitadamente por Gibson y bautizada como la ES 150, con micrófono (Pick up) hecho por el guitarrista de jazz Charlie Christian, que conllevó, además controles  para tono y volumen, puente ajustable y con anchura de caja de 161,4 centímetros , o sea, todo lo necesario para un guitarrista de jazz. Cuatro años después de 1940 salió el mismo modelo, pero con una anchura de caja de 17 centímetros y algunas innovaciones en su micrófono; sin embargo, la forma de la guitarra española seguía prevaleciendo.
En 1941 Lester William Polfus (LES PAUL) había creado la primera guitarra eléctrica de cuerpo macizo (solid-body) la que año tras año durante una década perfeccionó hasta que a principios de los años 50 comercializó bajo el sello Gibson.
En 1949, Gibson acoge el modelo ES 175 fabricado por Ted McCarty con el primer cambio en su estructura, lo que se llamó Cutaway. Esta fue la primera guitarra en su género que marcó una atractiva apariencia para la comercialización dentro de los jóvenes de la época; pero solo no era esto, producto de la innovación en su cuerpo o caja permitía a los guitarristas llegar más cómodamente a notas más agudas. Además de ese cambio revolucionador, se agregó un nuevo micrófono (Pick up), el P-40 primero en su tipo con tornillos elevadores que ajustaban la sonoridad cuerda por cuerda.
Luego, en 1953 Gibson introduce al mercado con el mismo cuerpo Cutaway  la ES 175D guitarra de dos micrófonos P-90 (el P-40 mejorado). Esta guitarra  en 1957 sale al mercado con una nueva invención, la de los micrófonos de doble núcleo o humbucking los que no han sido mejorados técnicamente hasta  la fecha.
Otro innovador Leo Fender venía haciendo pruebas en equipos electrónicos y guitarras desde finales de los años 40 hasta que en 1951 introdujo en el mercado la Fender Broadcaster   más tarde suplantando su nombre por el de Telecaster, luego Fender introdujo en 1954 con gran aceptación entre la guitarra audiencia la Stratocaster   de tres micrófonos, con llave de cinco posiciones para ordenar el cierre y apertura de cada uno de los micrófonos y sus combinaciones, introduciendo además la innovación de la palanca de tremolo manual en el puente trasero lo que prácticamente enloqueció a los guitarristas de nueva manufactura.
A nuestro país la guitarra eléctrica llega a finales de los años 40. Desempolvando recuerdos tenemos al Dr. Isidro Pérez (Isito) a mediados de los 40 adaptándole a su guitarra Ephiphone un micrófono (Pick-up) D ‘Armond. Isidro era un verdadero amante de la música y sobre todo del jazz  la que intercalaba muy seriamente con sus actividades galenas (Isito llegó a ser un gran arreglista, ya establecido a mediados de los 50 en USA llegó a hacer verdaderos y grandes arreglos para orquestas de jazz y para el cine hollywodense).
A pesar del descollante impulso que sobre los años 50 obtenía la guitarra eléctrica, en nuestro país el mercado guitarrístico estaba concentrado en la guitarra de caja o acústica, y a su fabricación estaban dedicados muchísimos carpinteros artesanales a todo lo largo y ancho de la Isla. De esto tenemos ejemplos en miles de dúos, tríos, cuartetos y pequeñas agrupaciones musicales que desde antaño se han abastecido de instrumentos fabricados nacionalmente. De estos artistas de la construcción podríamos señalar a Antonio del Río, Salvador Iglesias,  Alfonso,  Pablo Quintana, entre otros, verdaderos artistas destacados, algunos de ellos de renombre internacional.
Volviendo a la guitarra eléctrica se destacan como intérpretes de este instrumento en nuestro país en los años 50, Luis Cano, del grupo de rock Hot Rocker  tocando con una Gibson ES 250 y su hermano Pablo Cano guitarrista de los Llopis, con una Gibson Les Paul Custom.
Carlos Emilio compra su primera guitarra Gibson L-7 en el año 1956 a la que adapta un micrófono de contacto para poder tocar dentro de los grupos de rock y jazz band de la época. Poco tiempo después, Carlos adquiere una Fender Music Master  solid-body de un solo micrófono para después incorporar a su amplio arsenal de guitarras una Gibson mod. 335, luego a principio de los 60 adquiere una Gretch Mod.25th.Aniversario. En su larga carrera como guitarrista además de las citadas anteriormente, Carlos ha tocado con guitarras Gibson ES 175 con micrófonos P-90, en este momento utiliza una Ibanez solid-body con circuito activo.
Es justo mencionar que antes del triunfo de la Revolución (1959) la adquisición de la guitarra eléctrica en el país era muy reducida y eran más las compradas por particulares en el exterior  y luego introducidas, que las adquiridas para ofertas al por mayor.
Después de 1960 y con la comercialización nuestra dentro del campo socialista comienza a introducirse al país por primera vez. De la firma Tesla entra al país la STAR , una guitarra solid-body de formato pequeño, de gran belleza y con una pintura todavía envidiada en colores rojo, verde, azul, carmelita y negro (de aquí surgió la idea para los no entendidos en la materia de que la caja de la guitarra eléctrica era de plástico macizo), esta  producía en sus sonidos timbres específicos para tocar go-go y  ye-ye por lo que a los músicos del patio enfrascados en las líneas del jazz y el rock de la época con algunas excepciones, no convenció. Casi a continuación, de la RDA se recibe la Gitona , de aspecto más tosco que la anterior, pero con mejor brazo (distinta escala) y diapasón más largo; sin embargo, fue  muy desgraciada para nuestro consumo, pues al país no entró mucha cantidad y mucho menos variedad. De seguro era una gran guitarra. Al igual que la Star era de dos micrófonos, aunque esta última  tenía los micrófonos de una tecnología más avanzada  que la anterior y poseía los timbres más ajustados a guitarras ya de renombre.
A finales de los años 60 el país adquiere la Musima , fabricada en la RDA y, sin duda alguna, la marca proveniente del campo socialista que más convenció y agradó a los guitarristas del país. Entró en sus modelos primarios durante casi una década abarcando la demanda con sus modelos Musima I y II, Musima Elektra de tres micrófonos, Elgita y Elgita de Luxe de dos  micrófonos todas solid-body. También pero en menor prospecto llegan las primeras guitarras bajo Mod. Electra y Elgita  primeros bajos con que los músicos cubanos tropezaban que no fuesen los viejos y ya multiusados Fender Jazz bass y Presicion de los años 50 que pocos y muy contados bajistas poseían.
A la vez de la Musima pero un poco más rezagada nos llega la Jholana de fabricación checoeslovaca, con más variedad de modelos que la anterior como la Star Jholana , la Tornado , la Alexandra de tres micrófonos, casi todas de modelos muy similares al de la  335 de la Gibson. Asimismo , entra un modelo soli-body  similar a la Stratocaster , a la par se recibió la guitarra bajo Jholana de cuerpo parecido al de  las anteriores, estos bajos fueron muy usados por nuestras orquestas de música típica entre los años 60 y 70, también de esta marca, pero en menor escala, nos llegaron una pequeña cantidad de guitarras bajos con un modelo muy parecido al  Rickenbaker.
A mediados de los años 70 entran al país  bajos y guitarras Yamaha y guitarras Ibanez  todas de origen japonés, también sobre esa época llegan guitarras y bajos Urales de fabricación soviética, mientras que a finales de la misma década y hasta principios de los 80 nos llegó el último modelo de la marca Jholana, La Tristar.
Los entonces Ministerio de Marina Mercante y Puerto y el Instituto de la Pesca hicieron grandes compras de instrumentos musicales, que conllevaban a la adquisición de instrumentos electrónicos, entre ellos los de guitarras y bajos eléctricos con vista a usarse en actividades artístico-recreativas durante las largas estadías de los buques en alta mar. Una vez que las unidades marítimas producto de su límite de uso eran desmanteladas, estos instrumentos eran sustraídos, llegando en la mayoría de los casos a manos de músicos más ligados a los menesteres de la profesionalidad.
A finales de los 80 sorprende a los  guitarristas  del espacio nacional el Modelo Leadstar  de la Musima de fabricación alemana (RDA) en sus seis modelos. La primera en entrar a nuestro mercado fue la Musima LeadStar y luego los Modelos 1,2,3,4 y 5 guitarras muy parecidas al modelo Stratocaster, sin embargo, ya en los últimos trataban de buscar en su patrón formas más propias, todas estas tenían incorporados tremolos manuales al  puente trasero  similar al viejo sistema conservador de la Fender Strato , pero en el modelo 5  hubo una excepción, esta venía con un sistema de tremolo manual muy parecido al moderno sistema Khaler. Exceptuando alguno de estos seis de la LeadStar que se supone hayan sido de prueba como el 3 y la 4, la Leadstar es una guitarra de muy buena sonoridad  y muy buscada sobre todo por los intérpretes nacionales del Rockmetal producto de sus múltiples timbres, su peso especifico y su gran maniobrabilidad. Excepto el modelo 5 lleno de tecnología lo que merece una mayor atención del guitarrista, todas los demás, sin duda,  son guitarras muy duras y agradecidas.
 
Cuba ha sido cuna de grandes guitarristas que han logrado derroche de talento con sus guitarras eléctricas, anteriormente hemos hablado de los hermanos Cano y de Carlos Emilio en los años 50. A continuación tendríamos que hablar de los 60 y con la década  de valiosísimos guitarristas como Pablo Menéndez Dean el que introduce en el país las primeras dos guitarras de marca Guild, medias cajas las dos, una de 6 y la otra de 12 cuerdas, Jorge Luis Chicoy guitarrista eléctrico por excelencia el que se inicia con una guitarra Musima Electra tocando música rock con el grupo de rock Los Jets, para luego proseguir con una Fender Telecaster y luego con una Gibson ES 175. Chicoy es hoy en día un verdadero instrumentista  especializado en temas jazzísticos, Dagoberto Pedraja que su inicio lo hace a partir de una guitarra de fabricación nacional, el nombre del que la fabricó según Pedraja, era Miguel Ángel que hizo una verdadera imitación  de una guitarra D’Armond. Después Pedraja  se reinició con una Musima Elgita prosiguiendo después con Fender Telecaster y Stratocaster siendo su última adquisición más reciente la de una Gibson les Paul, volviendo mas tarde a la Fender.
 
Por obligatoriedad histórica tenemos que mentar a Froilan Amezaga o simplemente Froilán, guitarrista que se distinguió desde muy temprano de los años 60 dentro de la corriente del filing, siendo pionero en el arte de acompañar con guitarra eléctrica como solista a diferentes intérpretes (usaba una guitarra Kay de fabricación japonesa), Froilán amén de guitarrista ha sido un gran arreglista y compositor. También a Manuel Galbán el que acompañaba con guitarra eléctrica y prácticamente fue la piedra angular del cuarteto vocal más popular de Cuba (Los Zafiros), era guitarrista por excelencia en los años 60 de guitarra eléctrica. A pesar del tiempo todavía Galbán persiste con el instrumento electrónico.
 
En nuestro país la guitarra eléctrica ha sido y es el instrumento que entre algunos músicos aparece como algo nuevo e irrelevante y para otros como algo apetecido y anhelado, para todos nunca superará en sonido ni en belleza a la guitarra morisca, pero para todos sí consta, por el tiempo trascurrido en su desenlace creativo, que es la guitarra del futuro. De todas maneras sea así o de cualquier otra forma, la contemplamos, la oímos, nos deleitamos con su enorme variedad de timbres y admiramos a aquellos que obtienen con ella lo que apetecemos, sonido, talento y el orgullo de ser guitarristas.

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