miércoles, 11 de junio de 2008

SOBRE LA OBRA DE ANDRÉS FELIPE VARELA MADERO

Si la modernidad se caracteriza por la explicación del mundo desde las grandes ideologías, la postmodernidad entonces, es la posibilidad de entender lo que nos rodea a partir de miles de presupuestos.

Podríamos decir que la obra de Andrés Felipe Varela Madero habla de ese enigma que constituye la vida, enigma conformado por múltiples aristas, plurisignificativo. Su fotografía tiene dos paradigmas que lo guían desde el principio al fin: en primer lugar, no quiere exponer un conjunto de fotografías ordenadas y en segundo lugar no admite las clasificaciones porque considera que todo se comunica, los vasos comunicantes de los que hablaba Nerval y Breton se evidencian en los trabajos visuales del artista.

Varela no quiere ordenar el mundo porque el caos explica mejor su propio arte, en términos filosóficos, podríamos entender este desorden del tiempo y del espacio desde la teoría de Foucault, para quien el orden es un concepto ligado a la modernidad dogmática, (en el sentido en que dogmático es todo aquel que se considera poseedor de la verdad) se busca ordenar para clasificar, unificar, universalizar y por ello mismo, excluir. Por otro lado, el caos habita en la postmodernidad. No significa esto que la obra de Varela sea caótica, pues la geometría, la abstracción de su obra y los colores con que recrea la música, logran construir una idea del mundo contemporáneo, que no se puede esperar que sea unidireccional.

La experiencia de haber vivido en Cuba, se evidencia en la obra de Andrés Varela en sus composiciones y usos del color, al mismo tiempo su trabajo muestra la recuperación de la imagen de Colombia desde el exilio, también su deseo de transportar la imagen fotográfica en otras formas plásticas, como el uso de acuarela o dibujo a lápiz, de tal forma que la tecnología sirve para ampliar las posibilidades de evidenciar lo visual.

Beatriz Botero
11 de Noviembre del 2006

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